
A estas alturas de la pandemia en la que estamos inmersos, a nadie sorprende que el principal factor de riesgo de contagio es estar expuesto a los aerosoles que generamos.
De igual forma todos sabemos cómo debemos comportarnos para disminuir las posibilidades de ser infectado por el COVID-19.
En cualquier caso, no queremos dejar de recordar las pautas básicas de actuación para prevenir los contagios en lugares cerrados. Seguramente todas las que planteamos a continuación serán ya conocidas, pero no por ello podemos dejar de incidir en la importancia de su cumplimiento:
- Las mascarillas, la distancia y la higiene siguen siendo vitales para prevenir, pero a ello hay que añadirle otras como una ventilación adecuada (natural o forzada), el uso de medidores de CO2 y métodos de filtración para poder equiparar los espacios interiores con los exteriores.
- Los comportamientos y las conductas podemos mejorarlas manteniéndonos en silencio siempre que se pueda, evitar lugares de alta actividad física y evitar permanecer en espacios compartidos con personas no convivientes.
- El aforo de cada recinto nos debe recordar si procede o no su acceso al mismo. De igual forma la señalización siempre contribuye a recordarnos como debemos comportarnos, aumentando de esta manera la concienciación y sensibilización sobre el COVID-19.
La eficacia de todas estas medidas tiene un denominador común: el compromiso, la prudencia y la responsabilidad de cada persona.